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Las vitaminas son sustancias orgánicas
indispensables, aunque en mínimas cantidades, para mantener la vida y
estimular el crecimiento. El organismo es incapaz de elaborar la mayoría
de ellas, por lo que deben buscarse en aportes externos. Las vitaminas
están presentes en la mayoría de productos frescos y si se sigue una dieta equilibrada no deberían faltar, pero siempre se puede buscar apoyo en los complementos alimenticios, cuando nos diagnostiquen la carencia de algún nutriente. Un exceso de vitaminas también tiene sus contraindicaciones.
Hay que tener en cuenta que parte de las vitaminas se pierde con el almacenamiento prolongado de frutas y verduras y que para aprovecharlas lo más posible debemos consumir los alimentos de temporada y casi recién cogidos.
Por
otro lado, a nivel cosmético, son muchos los productos que incorporan
vitaminas en sus formulaciones. No por ello deja de ser importante el
consumo de vitaminas frescas cada día.
Las tres antioxidantes por excelencia son la vitamina A, C y E.
La vitamina A
La vitamina A, o Retinol, usada en un producto cosmético,
tiene una acción limpiadora de la piel ya que disminuye la capa córnea y
ayuda a eliminar las células muertas. Se usa frecuentemente en lociones
corporales y cremas de noche.
Nunca se debe utilizar de día cuando vayamos a exponernos a luz directa del sol, porque es fotosensibilizante.
Fuentes naturales de vitamina A:
- Zanahorias.
- Vegetales verdes como las espinacas, acelgas, endibias, etc.
- Albaricoques.
- Calabaza.
- Tomate.
La vitamina C
En la piel tiene efecto reafirmante, además de antioxidante, ya que favorece la formación de colágeno.
Promueve la cicatrización de heridas y mejora la elasticidad de la piel.
Se
utiliza en cremas de día, pero la vitamina debe estar encapsulada en
microesferas para no perder sus efectos. También se encuentra en forma de sueros cosméticos que se deben consumir antes de 3 ó 4 días.
Fuentes naturales de vitamina C:
- Cítricos como el pomelo, limón, naranja.
- Kiwi, fresa y melón.
- Coles, brécol, nabo, pimiento, tomate, patatas y espinacas.
- Perejil.
- Escaramujo.
- Papaya.
La vitamina E
Es un potente antienvejecimiento no sólo a nivel de la piel, si no también de los órganos del cuerpo.
Una buena forma de aprovecharla es usando aceites vegetales.
Las personas con piel seca
pueden utilizarlos alternándolos con leches o lociones corporales y
faciales o echando unas gotas del aceite en la loción cada día.
Cuando la piel es grasa se puede utilizar aceite de jojoba, que no engrasa, o bien recurrir a un cosmético específico que contenga esta vitamina.
Fuentes naturales de vitamina E:
- Germen de trigo.
- Aceites vegetales como de girasol, oliva, cacahuete, soja, maíz, pepita de uva, de primera presión en frío.
- Frutos secos como almendras y nueces.
- Alfalfa.
- Yema de huevo.
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