La manteca de Karité (en inglés “Shea butter“) es una grasa extraída del fruto maduro que produce el árbol del mismo nombre, que crece en las sabanas de numerosos países del África central. El nombre de karité significa árbol de mantequilla.
La manteca de Karité es un excelente regenerador celular natural con grandes propiedades hidratantes, nutritivas y suavizantes adecuado para todos los tipos de piel, incluso las pieles grasas, ya que no es comedogénica (no produce granitos) y hasta las más sensibles, por sus propiedades protectoras y anti-irritantes y calmantes.
En su composición destacan los ácidos grasos insaturados, ácidos palmítico, esteárico, oleico, linoleico entre otros y un alto contenido en vitamina F, (componente imprescindible de las membranas celulares). La carencia de esta vitamina se manifiesta por la descamación en la piel y la sequedad en uñas y cabello.
Propiedades y aplicaciones de la manteca de Karité :
Proporciona una extrema hidratación, nutrición y elasticidad en la piel.
Protege de las agresiones externas (frío, viento, sol, agua salada o
clorada).
Evita la descamación cutánea.
Previene y cura la dermatitis del pañal.
Ayuda a prevenir las estrías (ideal para embarazadas) y el envejecimiento de la piel.
Elimina las durezas de codos y talones.
Ayuda a tener las uñas sanas y fuertes.
Recupera el brillo, docilidad y la sedosidad de los cabellos secos, teñidos, decolorados o permanentados.
Por sus propiedades anti-irritantes, es recomendable su uso después del afeitado o depilado.
Es también ideal como crema para los labios.
Artículo de Gemma Salas.
Método de producción
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