miércoles, 8 de mayo de 2013

LAS DELICIAS DE LA VIOLETA



La violeta es una de las plantas medicinales más antiguas. Constituye una de las "flores cordiales" junto con las de malva y amapola. Se ha utilizado popularmente desde siempre en las inflamaciones, cefaleas y epilepsia. En la actualidad se la considera expectorante, pectoral, béquica, emoliente y sudorífica. Se emplea en caso de trastornos respiratorios, bronquitis, tos, tosferina, constipados y fiebres eruptivas. También se aplica en estados nerviosos, dolores de cabeza e insomnio.
La violeta entra en la composición de tisanas diuréticas y antirreumáticas. En usos externos es útil para la preparación de compresas, cicatrizante, limpieza de heridas supurantes, úlceras, erupciones dérmicas y afecciones de la boca.
La violeta contiene saponinas, ácidos orgánicos, violarrubina (un pigmento orgánico), y esencias flavonoides, de los cuales una cetona, la irona, es el principal componente. De las flores frescas se extrae un aceite esencial perfumado, ampliamente utilizado en todo el mundo.
Flores, hojas y raíces de la planta son útiles en fitoterapia. Se pueden preparar en forma de infusión, tisana, cocimiento o jarabe. El cocimiento de raíz es expectorantes, pero debe consumirse en pequeñas dosis, ya que en dosis elevadas puede producir vómitos.
Remedios
Infusión y jarabe de violetas para usos internos, como expectorante, emoliente, sudorífico, afecciones respiratorias...
Infusión: para las aplicaciones internas descritas, se puede hacer una infusión añadiendo una cucharadita de flores secas de violeta a una taza de agua hirviendo. Dejar reposar 10 minutos y filtrar.
Jarabe: se puede elaborar un jarabe para las mismas aplicaciones internas, añadiendo a 1 litro de agua caliente unos 40 gramos de flores secas; dejar reposar durante 12 horas; añadir dos kilos de azúcar y disolver totalmente. Guardar en frasco cerrado.

Recolección
Con fines medicinales se utiliza toda la planta; se pueden recolectar las partes verdes o cada una de ellas por separado. Las flores y hojas se recogen en plena floración, y a hora avanzada en que haya desaparecido el rocío. Las raíces se recogen en otoño. Estos productos se dejan secar en capas finas, a la sombra y en lugar bien ventilado. Se conservan en saquitos alejados de la humedad.

Fuente:  http://www.natureduca.com/

Un video sobre como podemos hacer una Crema de Violetas para después del sol, de mi amiga Pamela, El Espíritu del Bosque.
 http://www.espiritubosque.es/


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