La violeta es una de las plantas medicinales más antiguas. Constituye una de
las "flores cordiales" junto con las de malva y amapola. Se ha utilizado
popularmente desde siempre en las inflamaciones, cefaleas y epilepsia. En la
actualidad se la considera expectorante, pectoral, béquica, emoliente y
sudorífica. Se emplea en caso de trastornos respiratorios, bronquitis, tos,
tosferina, constipados y fiebres eruptivas. También se aplica en estados
nerviosos, dolores de cabeza e insomnio.
La violeta entra en la composición de tisanas diuréticas y antirreumáticas.
En usos externos es útil para la preparación de compresas, cicatrizante,
limpieza de heridas supurantes, úlceras, erupciones dérmicas y afecciones de la
boca.
La violeta contiene saponinas, ácidos orgánicos, violarrubina (un
pigmento orgánico), y esencias flavonoides, de los cuales una cetona, la
irona, es el principal componente. De las flores frescas se extrae un
aceite esencial perfumado, ampliamente utilizado en todo el mundo.
Flores, hojas y raíces de la planta son útiles en fitoterapia. Se pueden
preparar en forma de infusión, tisana, cocimiento o jarabe. El cocimiento de
raíz es expectorantes, pero debe consumirse en pequeñas dosis, ya que en dosis
elevadas puede producir vómitos.
Remedios
Infusión y jarabe de violetas para usos internos, como
expectorante, emoliente, sudorífico, afecciones respiratorias...
Infusión: para las aplicaciones internas descritas, se puede hacer una
infusión añadiendo una cucharadita de flores secas de violeta a una taza de agua
hirviendo. Dejar reposar 10 minutos y filtrar.
Jarabe: se puede elaborar un jarabe para las mismas aplicaciones internas,
añadiendo a 1 litro de agua caliente unos 40 gramos de flores secas; dejar
reposar durante 12 horas; añadir dos kilos de azúcar y disolver totalmente.
Guardar en frasco cerrado.
Recolección
Con fines medicinales se utiliza toda la planta; se pueden recolectar las
partes verdes o cada una de ellas por separado. Las flores y hojas se recogen en
plena floración, y a hora avanzada en que haya desaparecido el rocío. Las raíces
se recogen en otoño. Estos productos se dejan secar en capas finas, a la sombra
y en lugar bien ventilado. Se conservan en saquitos alejados de la humedad.
Fuente: http://www.natureduca.com/
Un video sobre como podemos hacer una Crema de Violetas para después del sol, de mi amiga Pamela, El Espíritu del Bosque.
http://www.espiritubosque.es/
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