lunes, 5 de agosto de 2013

ACEITES ESENCIALES

Afortunadamente, cada vez somos más conscientes de la importancia de la piel como un órgano con amplias funciones que es necesario cuidar: regula nuestra temperatura, participa en procesos metabólicos, interactúa con nuestro sistema inmunitario y nos protege de la radiación solar y de infecciones por microorganismos.
 
Gracias a esta versatilidad, los productos que nos aplicamos en la piel pueden ser grandes aliados en el cuidado de nuestra salud, pero la mayoría de las veces nos venden productos plagados de sustancias químicas, relativamente baratas para la industria cosmética, pero que pueden salirnos muy caras para nuestra salud.
 
Los aceites esenciales son especialmente útiles para tratar problemas dermatológicos, pero además, gracias a sus extraordinarias propiedades y al hecho de que atraviesan fácilmente la barrera cutánea pasando al torrente sanguíneo, también se usan en aromaterapia para tratar alteraciones respiratorias, digestivas, circulatorias, etc.

 
 
 









Los aceites esenciales han sido utilizados durante milenios por sus múltiples y sinérgicas propiedades terapéuticas; tuvieron un parón de uso en la Edad Media, hasta que con la llegada de la civilización árabe volvieron a renacer. En la revolución industrial es cuando comienzan a extraerse mediante destilación por vapor de agua. A partir de ahí se han utilizado para numerosas dolencias, son muy potentes por lo que a veces bastan 2 o 3 gotas y su fabricación es costosa, por ejemplo para 1 kg de aceite de lavanda hacen falta 150 kg de flores.
 
Es muy importante, pues, elegir cuidadosamente el aceite esencial que vayamos a usar, ya que dependiendo del origen de las materias primas, su manipulación y extracción la calidad del mismo puede variar ostensiblemente. Otro factor que debemos tener en cuenta es que desgraciadamente la picaresca y falta de ética de algunas empresas les hace adulterarlos para reducir el coste de sus productos.

Calidad y adulteración de los aceites esenciales

Todos deberíamos tener la certeza de que compramos productos de calidad seguros para nuestra salud. Para asegurar la calidad del aceite esencial, debemos fijarnos en unas variables importantes: calidad de las materias primas, composición detallada y características fisicoquímicas del producto final.
 
La calidad de las plantas aromáticas utilizadas depende de varios factores, entre los que se encuentran su variedad botánica, forma y lugar de cultivo, manipulación y transporte. Lo más adecuado sería elegir una variedad cultivada de forma orgánica, cuidadosamente recolectada y transportada en recipientes que no alteren sus propiedades.
En el proceso de producción se deben preservar al máximo los compuestos químicos naturales de la planta que son los que le atribuyen los efectos terapéuticos. En la industria farmacéutica y cosmética, la calidad está supeditada a la presencia de compuestos activos y su actividad farmacológica, lo que se determina mediante un perfil cromatográfico.

Además de un adecuado proceso de producción, debemos asegurarnos que sean aceites puros, sin ninguna sustancia añadida. Sin embargo, los aceites esenciales son frecuentemente adulterados con sustancias de origen sintético que no deberían utilizarse dentro de la cosmética o aromaterapia, ya que pueden causar problemas en el aparato respiratorio y la piel. Algunos compuestos que producen adulteración de su pureza y concentración son los siguientes:
 
-Aceite vegetal (como agente vehicular)
-Compuestos aromáticos sintéticos
-Otros aceites esenciales de aroma similar y de menor costo
-Vitamina E
 
Como ejemplos, es habitual que se diluya el aceite esencial natural de menta con mentol, se añaden terpenos cítricos a la esencia de limón y el aceite de tomillo se adultera mezclándolo con el de orégano, que es más barato de producir.

Aceites esenciales quimiotipados

Además de asegurarnos bien de que la empresa a la que vamos a compar cumple todas las garantías de seguridad que os hemos comentado, para usar aceites esenciales con fines terapéuticos os recomendamos adquirir aceites esenciales quimiotipados: una forma de clasificación química, biológica y botánica que designa la molécula con mayor presencia en el aceite esencial y permite definirlo terapéuticamente de forma clara y segura. A modo de ejemplo, el tomillo con quimiotipo timol es un potente bactericida de amplio espectro, pero es cáustico para la piel, y potencialmente tóxico para el hígado en dosis altas y prolongadas; en cambio el tomillo tujanol es útil en procesos infecciosos respiratorios, no es dermo-caustico y es un regenerador de las células hepáticas.
 
 

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